Observa la magia de nuestra tecnología
No más orines de perros ni excrementos de palomas
en tu propiedad
En TecnoStatus somos inventores y desarrolladores de una tecnología revolucionaria destinada a la prevención de los residuos de animales en el mobiliario urbano y patrimonio histórico. Una solución ecológica, discreta y no invasiva que mantiene las áreas públicas y privadas limpias y seguras. Tecnología solar, diseño discreto y efecto inmediato. Los beneficios que aporta nuestro dispositivo de protección urbana son incalculables. Descubre cómo funciona con nuestros vídeos breves. Para más información, consulta nuestra sección de preguntas frecuentes (FAQs).
- Novedad mundial
- Patentado en España
- Funciona con energía solar
- Protege mobiliario urbano y privado
- Cuida medioambiente
- Cuida medioambiente
- Cuida medioambiente
- Cuida medioambiente
- Instalación simple y discreta
- Educa a los animales sin dañar
- Evita conflictos entre los vecinos
- Aporta bienestar y armonía
- Ahorra recursos
- Ahorra recursos
- Ahorra recursos
- Ahorra recursos
- Solución única e ingeniosa
- Eficiencia óptima inmediata
- Ideal para ayuntamientos y particulares
- Tecnología ‘Smart City’ en estado puro
- Futuro inminente de cada ciudad
- Futuro inminente de cada ciudad
- Futuro inminente de cada ciudad
- Futuro inminente de cada ciudad
Protección de todo tipo de objetos
Edificios residenciales
Mobiliario urbano
Edificios históricos y culturales
Monumentos y esculturas
Sostenibilidad, ahorro y bienestar de todos
Nuestra tecnología está alineada con la normativa de bienestar animal y utiliza una micro estimulación eléctrica inofensiva, elaborada por veterinarios y respaldada por la certificación correspondiente. Nuestro dispositivo no se coloca sobre los animales, sino sobre las superficies que se desean proteger. Actúa de forma pasiva como un recordatorio discreto, ayudando a los animales a identificar, de manera natural y sin estrés, las zonas inapropiadas para realizar sus necesidades.
En TecnoStatus combinamos la innovación, legalidad y el respeto animal para proteger el patrimonio urbano y mejorar la convivencia y bienestar en nuestras ciudades. Cabe recordar que, según la normativa, la responsabilidad del comportamiento del animal recae exclusivamente en el dueño, no en la infraestructura. Así mismo, se prohíbe que los animales hagan sus necesidades en el mobiliario urbano, lo que puede derivar en sanciones. Fundamento jurídico

En TecnoStatus creemos que es urgente frenar la destrucción silenciosa que sufren nuestros barrios, plazas y parques, hoy sumidos en una decadencia creciente provocada por una tenencia irresponsable de mascotas y la plaga de palomas que ya no podemos seguir ignorando.
Nuestro proyecto nace como una oportunidad real de revertir esta situación y construir una comunidad más consiente, cívica y respetuosa con su entorno. Actualmente nos encontramos en una etapa clave de prototipado de nuestro dispositivo de protección urbana. Con tu apoyo, a través de nuestra membresía o colaboración a medida posible, no solo lograremos finalizar esta fase, sino también dar el paso hacia la fabricación de primera serie de unidades, listas para salir al mercado y generar un impacto positivo desde el primer día. Este es el momento de ser parte de algo grande. Con tu ayuda esta tecnología puede trascender fronteras y posicionarse como una solución global. ¡Se parte de este hito desde sus inicios!
Mientras tanto:
Si la suciedad y el deterioro provocado por las palomas carece de responsables identificables, no ocurre lo mismo con los daños causados por los perros: sus dueños son los únicos responsables legales y morales. Aunque los perros son compañeros leales y amados, sus hábitos naturales pueden tener un impacto perjudicial en el entorno urbano. Sobre todo, si algunos de los dueños de mascotas no cumplen con sus obligaciones.
La escena más típica que todos observamos diariamente: durante del paseo el perro va marcando farolas, esquinas o portales, mientras su dueño se hace despistado o, en un intento de aparentar civismo, echa un chorro de agua como quien lanza una bendición. El resultado: Las farolas, corroídas por la orina canina, parecen reliquias de una guerra química. Las fachadas de los edificios están cubiertas de manchas imposibles, como firmas del egoísmo y de la impunidad. Aceras sucias y un olor desagradable que flota en el aire. Malestar y conflictos entre los vecinos.
¿Y los impuestos municipales? Suben. Siempre suben. ¿Sabes cuánto cuesta reparar un banco público devorado por los ácidos? ¿O reemplazar una farola que se derrumba por la corrosión? Dinero tuyo. Dinero de todos. Mientras tanto, ayuntamientos y particulares derrochan cada vez más los recursos en limpieza y reparaciones, sin atajar el origen del problema. Un ciclo interminable de deterioro y gasto.
Muchos vecinos, agobiados por la situación, recurren a colocar garrafas de agua y a esparcir polvos tóxicos por las aceras en un intento de preservar la dignidad de sus hogares y negocios. Estas actuaciones, lejos de resolver el problema, solo empeoran la imagen de nuestras calles.
La desesperación y el malestar de quien ve, día tras día, como su barrio se está convirtiendo en un retrete canino son difíciles de ignorar.
No obstante, es un problema de higiene en aumento. La acumulación de estos residuos orgánicos en las calles se convierte en un foco para la proliferación de bacterias y infecciones, lo que supone un peligro para la salud pública. Los niños, de camino al parque, pisan una y otra vez los residuos que dejan los animales. Luego, esos restos acaban en toboganes, columpios… y, finalmente, en sus manos y bocas. La cadena de insalubridad es tan evidente como preocupante.
Ahora bien. ¿De verdad quieres que tus hijos crezcan en medio de una suciedad y de la insalubridad? ¿Que los espacios públicos junto con tu propio portal forman parte de un pipicán sin fronteras?
¿Qué elegirás?
Opción 1: Seguir caminando.
Ignorar. Respirar hondo (si te atreves). Pensar: «Alguien debería hacer algo». Mientras, seguir pagando impuestos para limpiar, reparar… y volver a limpiar. Un ciclo sin fin. Mañana habrá nuevas manchas.
Opción 2: Unirte a una solución que rompe el ciclo.
Nuestra tecnología no es un parche. Es la solución definitiva que elimina la raíz del problema.
A los vecinos, les ofrece tranquilidad. A las ciudades, les ahorra recursos (¿imaginas que ese dinero se invirtiera en renovar el asfalto de las calles o mejorar el alumbrado?). Y a los animales, les enseña con delicadeza, porque su bienestar es tan importante como el nuestro.
Cada vez que un perro aprende dónde no debe orinar, no solo protegemos una fachada o una farola: reforzamos la confianza entre vecinos, cuidamos la salud pública y fomentamos el orgullo de vivir en un entorno digno y agradable.
Comparte nuestra web para llegar a más gente o únete a nuestra comunidad porque tu membresía no es un gasto. Es una reclamación de derecho a vivir en un entorno limpio, cuidado y respetado que todos merecemos. Por ser parte de nuestra comunidad esto es para ti:
- Ofertas prioritarias: Acceso a la primera edición limitada de dispositivos antes que el público general, además de descuentos exclusivos.
- Acceso exclusivo: Foro para los miembros, chat con el equipo, actualizaciones en tiempo real.
- Impacto real: Cada euro se invierte en escalar la tecnología que frene la degradación de nuestro entorno.
- Comunidad privilegiada: Conoce a otros que, como tú, creen que el respeto mutuo empieza por no tolerar lo intolerable.
- Garantía «Pionero»: Precio congelado para siempre aunque la membresía suba.
Hoy puedes elegir:
– Aportar (y dejar de ser espectador).
– Ignorar (y seguir pagando por las consecuencias).
Nosotros ya elegimos. ¿Y tú?
¡Únete ahora y hagamos historia juntos!